Autor: Jordi Lafebre.
Editorial: Norma Editorial.
Fecha edición española: abril 2021 (Francia 2020).
Formato: Libro cartoné, 152 págs. a color.
Colección: autoconclusivo.
Precio: 25 €
Ana y Zeno se conocieron en su juventud, pero por distintos motivos no estaban destinados a estar juntos, aunque eso no impidió que vivieran un hermoso amor platónico.
Carta blanca es el primer trabajo como autor completo de Jordi Lafebre, y va un poco en la línea de otros trabajos que ha realizado junto con Zidrou como Los buenos veranos.
Como habéis leído en la sinopsis, la trama no es muy novedosa. Es una historia romántica más, donde dos personas por distintos motivos no pueden estar juntos. Pero Lafebre se las ingenia para, de una historia manida, crear algo diferente. Y la solución que toma es estructurarlo de una manera original. La historia está contada hacia atrás, por lo que empezamos viendo el encuentro de ambos personajes de mayores y capítulo a capítulo ir retrocediendo en su historia.
Esta estructura funciona muy bien porque según vas leyendo los personajes hacen referencias a situaciones y personajes que tú no conoces, pero que en los siguientes capítulos vas descubriendo. Consiguiendo que el lector vaya completando la historia en su cabeza con una gran facilidad. Esto que en un principio parece fácil, podría haber acabado en una historia caótica, con referencias que se confunden en el tiempo y que puede ser más un problema que una virtud, pero la verdad está muy bien resuelto.
Pero la historia no sólo funciona bien por la estructura, también funciona porque los personajes son buenos. Están bien desarrollados y te interesa lo que hacen, lo que sienten y lo que les ocurre. Según vas leyendo los capítulos quieres saber más de su historia, incluso saber qué ocurre después con ellos, acabas con ganas de querer conocerlos más.
El álbum está compuesto por 20 capítulos, y creo que es una buena duración. Porque, pese a lo que he dicho antes de que sigues queriendo saber más momentos de los personajes, si se hubiera alargado más capítulos podría haberse hecho algo pesado. Tiene la duración exacta para no cansarte.
También experimenta con distintos tipos de narración, teniendo capítulos normales, otros epistolares e incluso uno mudo. Todo muy bien integrado. Con una narración fluida y que te atrapa desde la primera página.
El dibujo es muy bonito. Lafebre es uno de mis dibujantes favoritos. Tiene un estilo cartoon, con rasgos muy definidos y personajes expresivos. La historia, como hemos dicho antes, va hacia atrás, eso implica que los personajes van rejuveneciendo y este es otro punto que ejecuta de maravilla. Ambos personajes van siendo cada vez más jóvenes, pero de una manera muy sutil, vas pasando las páginas y no notas grandes cambios, hasta que llegas al final de la historia y te das cuenta de que poco a poco han ido cambiando y ese cambio es enorme. Creo que uno de los trabajos más difíciles de un dibujante es crear distintas edades de un personaje, que se noten y que no pierdan la esencia, y aquí no sólo lo consigue, sino que lo realiza de una manera tan sutil como efectiva. Los fondos, sin ser excesivamente detallados funcionan muy bien. El color, aplicado por Clémence Sapin y el propio Lafebre acompaña de maravilla a la historia, creando distintas atmósferas que no sólo intensifican el dibujo sino que amplifican las emociones de las escenas; funciona como una banda sonora perfecta para la historia.
Hay que destacar también distintas composiciones que hace durante el álbum. Por ejemplo, cuando ambos hablan por teléfono Lafebre consigue, manteniendo a ambos en sus respectivos lugares (puede ser una oficina ella y un barco él), que parezca que los personajes están juntos en la misma sala. Recreando muy bien esa sensación de cuando hablas con alguien y todo desaparece a tu alrededor quedando sólo las dos personas. Aparte de esto, también hay algún que otro recurso narrativo muy interesante como el del capítulo 1 para cerrar tanto el capítulo como el álbum de una manera magistral.
Norma edita esta obra en una muy buena edición. Tapa dura, color, buena encuadernación e impresión. La portada tiene el título en con un pequeño relieve. Para haber hecho redonda la edición podrían haber incluido alguna página al final con bocetos, para apreciar el modo de trabajo de Lafebre.
Para ser el primer trabajo de Jordi Lafebre en solitario está muy bien. Creo que aplica bastante bien lo que ha ido aprendiendo con Zidrou en otros trabajos como Lydie o Los buenos veranos, donde sentimientos como la nostalgia, el amor, la melancolía o la alegría están muy bien plasmados y se transmiten bien al lector. Aquí está todo eso, pero quizá un peldaño por debajo de las obras antes mencionadas, aunque estamos hablando de una escalera muy alta, por lo que no significa que esta obra no genere sentimientos durante la lectura. Carta blanca es una bonita historia de amor, en la que quizá muchos se pueden ver reflejados, con ese amor de juventud que el destino separó. Narrado de una manera muy original y con un dibujo que es una maravilla. Un cómic muy recomendable, que puede gustar a casi cualquier persona, incluso a aquellas que no acostumbren a leer cómics.
Del mismo autor:
Lo mejor
– El dibujo y cómo evoluciona físicamente a los personajes.
– Contar la historia como lo hace sin crear confusión al lector.
Lo peor
– Nada destacable.
Valoración de CC.
– Muy bueno